El ajo, Allium sativum, es una hortaliza cuyo bulbo es conocido sobradamente por su uso en cocina. Pero más allá de condimentar nuestras comidas, el ajo posee numerosas propiedades medicinales y se ha empleado desde tiempos tan remotos como el del esplendor de Egipto.
La planta puede medir hasta 50 centímetros de altura, sus hojas unos 30 centímetros y su bulbo puede estar compuesto de entre 6 y 12 gajos, llamados popularmente dientes. El bulbo se recoge justo al comienzo de la floración, que se produce entre primavera y verano. Hay que decir que en ciertas personas un exceso de consumo puede producir molestias gastro intestinales.
Tradicionalmente se cultiva en países de Oriente como China, la India, Corea del Sur… en España la producción de ajo también es altamente notable.
el ajo ayuda a mantener la salud del corazón
El ajo tiene propiedades diuréticas, antisépticas, antifúngicas, siendo un maravilloso hipotensor, hipocolesterolemiante, antiateromatoso, antiagregante plaquetario e hipoglucemiante.
Posee propiedades balsámicas y expectorantes además de antisépticas, gracias a que se elimina el aceite esencial a través del sistema respiratorio. También en su composición se encuentran pequeñas cantidades de vitaminas A, B1, B3, B6, y C.
el ajo es un antibiótico natural excelente
Se ha empleado popularmente para eliminar trombos, tuberculosis, gangrena pulmonar y tosferina. Es altamente tonificante y depurativo. Además es empleado para reducir la tensión sanguínea y para reducir los niveles de colesterol malo. También hay estudios de que puede emplearse para el cuidado de la salud mental, es por esto que es altamente recomendado emplear en la dieta cuando se padecen niveles altos de estrés o incluso principio de depresión. (No debe de emplearse nunca un alimento como sustituto de medicación, por favor consulte con su médico)
Hoy en día se pueden comprar cápsulas de aceite de ajo, para beneficiarse de todas sus propiedades sin tener que «soportar» su fuerte sabor.