Napoleón café
Napoléon conduciendo sus tropas
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Cuentan que el emperador francés Napoleón Bonaparte (1769-1821) era más que adicto al café. Tomar una taza de café para él era mucho más que saborear el amargo del grano… era entrar en un momento de excitación que le hacía tomar taza tras taza. Lo mejor de todo era que tenía problemas de salud en su estómago y además para sorpresa de muchos… ¡Napoleón era epiléptico! con lo cual su carácter y actitud se veían altamente atacadas.

Aún así Napoleón citaba su frase: Prefiero sufrir a dejar de tomar café

Hubo un tiempo en el que los franceses tuvieron prohibido todo tipo de comercio con las Islas Británicas por lo que conseguir café en Francia se volvió más que complicado. En este periodo Napoleón viajó a un pueblo y pasó cerca de una iglesia desde la cual le llegó un intenso aroma a café. Napoleón entró en el interior y desenmascaró al sacerdote de la misma tostando granos de café.

Napoleón, un tanto irritado, preguntó «¿De dónde habéis sacado ese café?» el sacerdote sin levantar la cabeza ni alterarse, mientras no cesaba en su actividad, contestó: «Ya lo veis, señor mío, hago igual que usted. Me dedico a quemar los productos coloniales de nuestros archienemigos los británicos» En ese momento el sacerdote llenó una taza de café y lo puso sobre la mesa para que Napoleón lo tomara.

Napoleón Bonaparte
Grabado del retrato de Napoleón Bonaparte

También hay una leyenda de que en la noche víspera a la batalla de  Waterloo, Napoleón se pasó toda la noche tomando café, con lo que tuvo que cambiar su previsión para la batalla tras no haber podido dormir lo suficiente. Napoleón no pudo atacar a primera hora de la mañana, factor que para muchos historiadores resultó definitivo en su derrota. No obstante hay documentos históricos que justifican la tardanza en el ataque en factores climáticos. Sea lo que sea Napoléon fue un esclavo al poder de seducción del café. 

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