Las infusiones de frutas, ese gran desconocido para muchos que poco a poco se va extendiendo por todo el mundo. Para todos aquellos que se lo preguntan las infusiones de fruta no son ni más ni menos que frutas deshidratadas infusionadas en agua caliente. ¿Pero esto es posible? ¡Sí que lo es! y además ¡está deliciosas!
Hoy en día los fabricantes de té e infusiones las elaboran mezcladas entre si e incluso aromatizadas, por lo que podemos adquirirlas en cualquier tienda de té. Para prepararlas en casa es bien sencillo: simplemente hervimos agua y le añadimos unos 2o gramos de infusión por litro de agua. Lo tapamos todo y lo dejamos reposar 10 minutos.
Pasados esos diez minutos, cuando la tisana todavía está caliente, añadimos azúcar o edulcorante al gusto. Ahora tenemos dos: Tomarla de momento, como bebida caliente, o dejarla enfriar en la nevera y tomarla como refresco… ¡tu eliges!
Debes de saber que al no llevar té, ni mate ni ningún otro excitante, pueden tomarlas todo el mundo: ¡niños, embarazadas, y ancianos! no obstante mira antes los ingredientes por si hay alguna excepción. Como consejo para todo tipo de alimentación es que no tomes nada sin estar seguro antes de sus ingredientes, por lo que consulta en tu tienda habitual. Además es habitual encontrar en este tipo de infusiones frutas deshidratas y confitadas, por lo que llevan azúcar ¡ojo si eres diabético!
Las infusiones de fruta ya preparadas se mueven en un abanico muy amplio de sabores y de aromas. El hecho de que la fruta se deshidratada te permitirá saborear frutas que se cultivan a miles de kilómetros de tu hogar: papaya, guayaba, coco, banana… y las clásicas: manzana, melón, sandía, kiwi, bayas del bosque…
Otra idea estupenda es que puedes coger los preparados de frutas y añadirles algo de té base, de este modo podrás preparar té de diferente sabor. Eso si, al mezclar con el té no te rijas por los tiempos y cantidades de la infusión de frutas, si no por los del té con el que hayas realizado la mezcla.
En el caso de que tomes las infusiones de frutas como refresco te aconsejamos que hagas lo siguiente: llena una cubitera con la misma infusión que vas a tomar y elabora cubitos de hielo de la misma. Luego solo tienes que añadirlos a tu infusión recién sacada del refrigerador ¡y a disfrutar! una alternativa perfecta a los refrescos, mucho más sana y baja en azúcares.